Uno no gana para sustos en Caracas

Aquel día recibí dos noticias que de ser ciertas significarían un gran impacto para mí y para otros que como yo son seguidores de ellos.

Aunque el día había transcurrido con cierta normalidad, en una Caracas congestionada por las colas de autos, el serpentear de las motos, muna que otra corneta desubicada y la lluvia intermitente que es peor que cualquier aguacero en la ciudad, porque si es constante al menos uso sabe a qué atenerse, porque de lo contrario uno cree en el radiante sol que entra por la ventana, para que transcurridos 5 minutos, o lo que nos tome de tiempo bajar en el ascensor del piso 7 a la PB y ver que la lluvia se desató como si fuera el diluvio universal.

Pero ninguno de esos datos de la vida citadina me preparó para lo que venía: El anuncio del fin de dos íconos el mismo día. Primero, Jaime Ballestas, mejor conocido como su alter ego Otrova Gomas,  anunciaba – y mira que escogió el peor sitio para decirlo, un bautizo – que «Laberintos Peligrosos» sería su último libro. Luego y aunque ya había oído rumores de  esta posibilidad, al entrar en el cine supe que la tragedia se cernía sobre quienes estábamos viendo lo que le pasaba a esa ciudad gótica  con la que muchos crecimos y resultaba que Batman moría, que era el fin del héroe enmascarado, uno que por incomprendido  terminó rechazado por quienes él defendía.

Pero pongamos orden en las ideas y vayamos por pasos.  El mencionado bautizo fue en la librería Alejandría del Paseo las Mercedes, allí ubicado entre los estantes de Filosofía y religión esta el libro que marcaría el final de 50 años de escritura con toques de humor negro,  a veces sin humor, o simplemente libros negros que despertaban cualquier cantidad de sentimientos, para bien y para mal, que al final como decía   Oscar Wilde: Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen.»

El libro es una recopilación de que abarca unas 300 páginas – cosa que aseguró jamás se imagino poder hacer en un libro – dividido en tres partes, donde Jaime Ballestas / Otrova Gomas muestra las situaciones que enfrenta el hombre actual, en donde sin importar la decisión que tome siempre estará rodeado por el peligro.

Su última aventura, así lo decidió, será «Laberintos Peligrosos», una antología con algunos de sus artículos y cuentos que demuestran que lo suyo es el humor como «arma fundamental». Esta última publicación, según él mismo reveló  como si esa fuera una noticia que se da así si más ni más, completa una producción que abarca 14 libros, todos con la clave del humor como premisa. La justificación que dio para aclarar que este será su producto final es que el orden cronológico de su vida no le permitirá hacer una nueva  recopilación de escritos que han aparecido en medios de comunicación, como columnas o trabajos de opinión.

Indicando que «El título da una pista de lo que se trata, estamos un mundo de laberintos extraños y confusos donde nadie sabe cuál es la salida adecuada en ninguna de las pareas de la vida en que trabaje», con esa aclaratoria, más que humor pareciera un libro sobre tratado filosófico – tratando de buscar una respuesta a las preguntas de la vida – o de creación de una religión para sus muchos seguidores que quieren conocer los secretos del humor largamente acariciados en la pluma de Otrova Gomas, por eso no es tan descabellado que el libro estuviera entre esas dos secciones, aunque como siempre pasa la respuesta real es la más simple: lo pusieron ahí porque era la altura ideal para que se vieran y se tomaran las fotos respectivas mientras él sentado en una mesa redonda daba cuenta del argumento.

En las tres partes que se divide el libro hay historias cortas, porque como dijo, es para leer en la cola de los carros o en la del banco. Para ilustrar mencionó que los primero textos fueron un «experimento literario  que arranqué en el semanario Tal Cual, en los papeles literarios del fin de semana y que me permitió con una gran libertad experimentar áreas de lo que yo siempre llamé el humor negro surrealista, sin caer en la crueldad sino en lo extraño».

El segundo grupo de historias del libro se enmarcan en las «Ecuaciones jocosas», que son formas que ya había utilizado para crear situaciones risibles, que es uno de los medicamentos fundamentales y más seguros para cualquier mal estado de ánimo. La tercera parte que se titula «el fin del mundo», hace un breve recorrido de sus opiniones  sobre la manera en que se está destruyendo el planeta en el que vivimos, y que es el único que tenemos. Este “fin del mundo” termina con unos obituarios «muchos de ellos extremadamente surrealistas, otros que son muy audaces, no son macabros, porque ninguno es realmente macabro, sino sumamente cómicos.

Falsa alarma I

Pero si bien es cierto que anunció su retiro del mundo de la escritura en clave de humor, y negro para más señas, también adelantó que no se retira del todo del mundo de las letras, algo así como las despedidas de Ilan Chester que va y viene según le convenga, porque se dedicará a  tres publicaciones con fechas de lanzamiento ya programadas. “Uno de ellos es un Diccionario Filosófico que debe estar listo para el 2014. Otro es una autobiografía que busca mostrarles a los jóvenes que sí se puede seguir un camino a la felicidad y el tercero es uno muy técnico que se llamará «Herencias» y que aborda las situaciones tan inverosímiles que he experimentado en mi faceta como abogado».

Aunque dijo que no está seguro de volver a escribir de humor dio pistas de este último libro, que si no fueran experiencias reales, uno podría pensar que es una “tomadera de pelo” y que podría fácilmente titularse «Nadie sabe para quien trabaja» y por ello contó algunos casos que estarán incluidos en el libro.

«Cuatro hermanos, dos varones y dos hembras. Uno de los varones es soltero y extremadamente rico, con una fortuna que pasaba de los 100 millones de dólares en Barquisimeto, con edificios, industrias, etc. Él no tenía hijos y muere joven, por lo que automáticamente y desde el punto de vista legal, deja como herederos únicos al resto de sus hermanos.  Mientras se está en los estudios para hacer inventario de los bienes, pagar deudas etc, aparece una muchacha joven y luego de los saludos se identifica como hija del difunto, por lo que es sobrina de los hermanos que quedaron en vida». Haciendo el cuento corto, luego de las averiguaciones de rigor se determinó que esta muchacha realmente era la hija del difunto hermano y por ello la heredera universal de toda la fortuna. Pero como la vida «da sorpresas» la joven falleció en un accidente en la vía Valencia – Barquisimeto y el que terminó con todos los recursos fue el esposo con el que se había casado hacía apenas dos meses.

Otro relato que formará parte de este libro se refiere a un caso público que involucra a un empresario del sector industrial, de fabricación latas, que estaba divorciándose de la esposa y para no dejarle parte del patrimonio le traspasa toda su fortuna al hijo, quien – nuevamente por esas cosas de la vida – se mata en un accidente y la heredera fue la esposa del muchacho. Ante esta situación, el empresario habla con la nuera y le pide que le devuelva el dinero y ella le dijo que no que eso ahora era suyo.

Para los que quieran un adelanto de “Laberintos Peligrosos”, aunque lo mejor es que lo compren por 170 bolívares, reproduzco un texto que aparece en la página web de Otrova Gopmas

REPORTE SEMANAL

Las cosas no están muy bien. Recientemente apareció en un diario capitalino un reportaje que muestra la serie de manifestaciones que habían tenido lugar en la capital y varias ciudades del país durante la semana precedente, las cuales muestran el crecimiento del descontento que sigue extendiéndose a toda la población. Aunque los hechos son de la semana pasada creo que sería prudente leerlo con un pañuelo colocado en la nariz para evitar los efectos nocivos de algún gas lacrimógeno que se haya podido quedar impregnado en las hojas de papel.

Lunes 16: Manifestación contra el paso del tiempo.

En horas de la mañana de este día tuvo lugar en la esquina del Chorro una violenta manifestación de personas que se oponen al paso tan rápido del tiempo. Los líderes del evento portando pancartas que condenaban la velocidad con la que transcurren los meses, las horas y los minutos exigían la toma de medidas inmediatas para paralizar el actual ritmo temporal que nos está llevando a envejecimiento prematuro y no deja hacer nada.

Al numeroso grupo se le plegaron centenares de ancianos que los apoyaban ante el temor de morirse demasiado pronto. Los más violentos rompieron almanaques en plena vía pública y aumentaron las colas del centro retrasando el tráfico hasta por dos horas, lo cual, aunque logró parcialmente sus objetivos por una vida más lenta, no contó con el apoyo de los conductores que hicieron una contra manifestación para que se apuraran y terminó con el lanzamiento de relojes entre los dos grupos. Por cuanto las autoridades no llegaron a tiempo, observadores imparciales consideran que en realidad fue una manera indirecta del gobierno de apoyar a los manifestantes porque el tiempo pasa y no puede cumplir con las promesas.

Martes 17: Manifestación de locos

Una enorme congregación de locos de todo tipo se produjo bajo la lluvia a las tres de la madrugada del pasado martes en la autopista. La concentración pedía que se autorice a los psiquiatras colegiados a que puedan opinar libremente sobre su estado mental. La manifestación que salió del Hospital psiquiátrico de Barbula incorporó gente de varias institutos privados de la capital y a millares de locos de bola, seis mil locos de metra, cinco locos de manicomio, seiscientos locos furiosos, decenas de tipos medio locos, miles de conductores desquiciados, tres sicóticos incurables, ochocientos perturbados mentales, casi dos mil locos de amor, varios locos por el dinero, cien locos de carretera, cuarenta locas, seis lo

quitos peligrosos, doscientos locos tranquilos, un maniático obsesivo, tres chiflados de verdad verdad, seis anacoretas, setenta mil deprimidos por lo que ocurre en el país, miles de perturbados políticos, varios neuróticos, así como una enorme cantidad de excéntricos. La muchedumbre liderada por dos paranoicos empezó pacíficamente pero poco a poco se pusieron agresivos y empezaron a destruir todo lo que encontraban a su paso.

A eso de las siete de la mañana, cuando el tráfico estaba volviendo loco a todos los conductores y estos furiosos empezaron a plegarse al motín, la Guardia Nacional los disolvió disparándoles tranquilizantes y poniéndole camisas de fuerza a los más violentos. Algunos de los manifestantes lograron escaparse y se montaron en las vallas de la autopista desde donde seguían gritando que todo loco tiene derecho a que se haga público su estado mental en beneficio de su cura.

Miércoles 18: Manifestación contra las manifestaciones.

Una pacifica manifestación de personas desesperadas por las continuas manifestaciones en el país manifestó el día dieciocho en la tarde para expresar su desacuerdo con el exceso de manifestaciones, la actitud de los manifestantes y la violencia de las autoridades para reprimirlas. Los participantes exigieron la creación de avenidas especiales para las manifestaciones de manera que hagan más vividera la ciudad, el reparto de pañuelos cuando haya gases lacrimógenos, de toallas cuando lancen agua y de curitas y mercurocromo si echan tiros. Para cumplir con sus consignas el grupo solo manifestó cinco minutos y en la parte de atrás del estadio de la Universidad en donde no perturbaron a nadie. Por la particular naturaleza de la manifestación las autoridades solo mandaron un policía observador que tomó unas fotos y se fue cuando la gente se retiró tranquilamente para su casa.

Jueves 19: Manifestación del gobierno para protestar contra sus propias medidas.

Un numeroso grupo de altos funcionarios del gobierno se conglomeraron en la zona del casco central protestando violentamente de una vez por las medidas que tomarán dentro de poco, adelantándose así a los líderes de la oposición e impedir que tomen la bandera de las protestas por sus actos. Varios ministros del gabinete, directores de los despachos y el personal encargado de ponerlas en marcha gritaban consignas de «Abajo el gobierno» «Defendamos el derecho a la democracia», «Mueran todos», «Comunismo no», «Se jodió esto» «No pasaran», «Patria o muerte de verdad» y lanzaban piedras pequeñas y bombas molotov apagadas hacia arriba para que les cayeran a ellos mismos.

Funcionarios de la policía y la Guardia Nacional que estaban a los lados de la enorme marcha vieron sin hacer nada como los manifestantes quemaban carros y rompían vidrieras, no se sabe si por temor a que los botaran o porque seguían órdenes de los propios manifestantes.

La marcha se disolvió cuando millares de personas de los alrededores los pitaron y empezaron a tirarles piedras de verdad.

Con el ánimo un poco más tranquilo, aunque sin el libro por escasez de recursos momentáneos, salí de este bautizo dejando al autor firmando autografos, mientras iba dispuesto a enfrentarme a la otra mala noticia: la desaparición del hombre murciélago, no me refiero a la comiquita del hombre Par, sino a Batman.

El hombre de negro asciende

Acompañado  de una amiga entré a la sala recién comenzada la función, por lo que me perdí los cortes de las otras películas y, sin tiempo de prepararme para lo inevitable,  comencé a ver que habían transcurrido 8 años desde la última aparición del murciélago y ciudad gótica estaba manejable en materia de inseguridad, como se nota que es una película porque en  la ciudad real – como Caracas – eso no pasa sino que se incrementa. Pero ahí estaba yo y otros tantos queriendo saber cómo terminaría la vida del héroe más amargado que hay, porque vamos a estar claros, eso de andar de noche solo y vestido de negro, le agua la fiesta al más pintado, y Bruce Wayne no era el hombre más alegre, aunque tenía sus momentos de diversión, pero pura pinta, nada en serio, lo de él es una cueva.

Falsa alarma II

No entraré en detalles  para no arruinarle la existencia a quienes no han visto la película, como hizo Luis Chataing al revelar el final de «Sexto Sentido» recién estrenada la cinta, lo que si diré es que luego de casi dos horas, porque la película es larga, el guiño está a favor nuestro para decirnos que «tal vez» sí se produzca una continuación, ahora incorporando a Robin, porque Batman no muere, sino que se va de «parranda», con la bella Gatubela,  una redundancia porque hasta ahora la «minina» nunca ha sido fea, y posiblemente retorne en la secuela,  ahora como una chica buena, pero lo cierto es que habrá que esperar los números de esta taquilla y ver si es un negocio seguir con la franquicia de Batman.

El día terminó bien con dos falsas alarmas, claro, al llegar a la casa no había agua, llovía fuerte y las noticias hablaban de inundaciones y casas anegadas, pero eso es una situación de todos los días, a la que nos hemos ido acostumbrando de a poco, aunque luego de 14 años ya como que va siendo tiempo de buscar otros caminos, internos digo, porque la salida ya no está por Maiquetía, sino en cada uno de nosotros, o esa es,  mi Visón Particular.