Pintando con sonido

Cuando en 1984 se estrenó la película «Terminator», una de las principales críticas vino de la propia protagonista, Linda Hamilton, quien se quejó del director, James Cameron, al considerarlo que autoritario que usaba a los actores como si fueran marionetas en manos de un titiritero.

¿Acaso un director de cine, de teatro, de televisión o de música no es un poco un manipulador que «usa» a sus artistas para desarrollar su idea, su pensamiento y su propuesta?

Pero ¿qué pasa cuando el quien dirige es parte del montaje y se nota que está utilizando sus «hilos» para crear arte? En ese caso estaríamos hablando de un lenguaje mudo dirigido para el «cuerpo» integrado por músicos, bailarines y actores «improvisen» de acuerdo a los designios del director.

¿Es esto posible? pues la respuesta es sí y se hace desde 1975, cuando por el compositor Walter Thompson creó el idioma Soundpainting destinado a «músicos, actores, bailarines, poetas y artistas en general». Este es un «lenguaje mudo que está compuesto por una serie de signos, normalmente interpretado con el cuerpo, en el que el director marca unas pautas a sus “soundpainters” para que a raíz de ellas desarrollen la improvisación».

Este tipo de actuación o de representación puede agrupar personas de todas las edades, niveles (amateurs y profesionales) y de todas las disciplinas artísticas.

Pero no creamos que este lenguaje es puras señas sin son ni ton, ya que resulta que el Soundpainting se «compone de más de 1200 signos, que el compositor (o Soundpainter) interpreta con las manos y con el cuerpo, marcando así unas pautas a los artistas para que vaya surgiendo la improvisación entre ellos».

Por ejemplo, el «Soundpainter le pide a cada miembro de la orquesta que actúe de forma natural, pero aún así va más allá y se extiende a los límites del género de su “instrumento”. Los músicos pueden ser llamados a reír, los actores a cantar, y los bailarines a hablar. El reto para cada miembro de la Orquesta es la constante creación de nuevo material, bajo la dirección del Soundpainter, en lugar de depender de un guión».

Sin entrar en muchos detalles técnicos «la sintaxis Soundpainting de los gestos estructurales y señales de función se subdivide en seis subcategorías: Identificadores, Contenido, modificadores, gestos de acción, modos y paletas».

El Soundpainting se viene desarrollando en varios países y México también apunta hacia esta manera de hacer arte. Se trata de la Big Band Soundpainting México, quienes no solamente organizan obras para su representación sino que también ofrecen talleres, clases y cursos en el D.F. e interior de la República.

La obra más reciente de Soundpainting México es «De Cachetito», un espectáculo que nos transporta al México de los años 40, donde el cabaret, el danzón, las ficheras, los pachucos y otros personajes de la época cobran vida y hacen cuadros de música e improvisación, de acuerdo a los que va «pintando» con sus gestos el director.

Este espectáculo se presentó en el Teatro Juan Ruiz de Alarcón, dentro del 2do Festival de Teatro en espacios no convencionales, permitiendo a los espectadores conocer un poco más de esta técnica, entremezclando las actuaciones, el baile y la música de aquellos años 40.

Si bien el ejercicio creativo es interesante y atrapa al espectador, la presencia del director o «Soundpainter» está tan marcada que termina causando «ruido» y muchos de los que presenciaron la interpretación comentaron al final este detalle que restaba brillo al espectáculo.

Lo rescatable de «De Cachetito» es ese ambiente de los bares y cantinas mexicanas, con sus mujeres, sus vestuarios, el danzón, aunque tal vez debería ser representado en un ambiente más «íntimo» y no en un espacio tan abierto donde se pierde un poco los detalles de cada actuación, o esa es mi Visión Particular.

PD.Para conocer más de esta primera escuela de Soundpainting en México pueden seguirlos en su cuenta de twitter o en facebook.