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Periodismo amenazado aquí, allá y en todas partes

 photo syd_zpsc1b17ee0.pngEn 1973, el reportero Sydney Schanberg, del New York Times, contaba con la ayuda de un fotógrafo local, Dith Pran, para realizar sus crónicas del conflicto bélico. Cuando finalmente ambos van a ser evacuados por peligrar su vida, Pran se quedará atrapado en tierra, de modo que va a ser testigo de primera fila de las atrocidades de los jemeres rojos. photo gritos_zpsc926927c.jpg

Por estas crónicas, Schanberg recibió el Premio Pulitzer a Reportaje Internacional y la historia de amistad entre periodista y fotógrafo dio origen a la película «Los Gritos del Silencio» que en 1984 dirigió Roland Joffé basada en las experiencias de tres periodistas durante el régimen de los Jemeres Rojos de Camboya. Ganó tres Oscars, a Mejor Montaje, Mejor Fotografía y Haing S. Ngor se alzó como Mejor Actor Secundario. photo siragon_zps71dc2d7e.jpg

En un capítulo de la serie de televisión Serangoon Road, drama australiano que centra sus acciones en la década de 1960 alrededor de Serangoon Road en Singapur, un fotógrafo debe enfrentar la represión policial mientras documentaba una manifestación contra las autoridades locales.

Estas y otras historias – que de seguro todos hemos visto en la televisión y el cine – muestran lo difícil que puede ser el trabajo de un periodista, de un fotógrafo, cuando intentan decir lo que algunos sectores quieren ocultar. No siempre el trabajo de los reporteros es grato y en más de una ocasión esta labor ha llevado a los comunicadores a dejar de estar detrás de la noticia para ser protagonistas, sin buscarlo. photo nairobi_zps8d9cff04.jpg

En Venezuela, uno de los casos más recientes fue el del secuestro y luego liberación de Nairobi Pinto, jefa de corresponsalías de Globovisión, quien fue secuestrada mientras salía de su vivienda en Los Chaguaramos, Caracas. Los testigos dijeron en su momento que a Pinto se la llevaron en un vehículo Chevy color azul metálico, a eso de las 4:30 pm del día domingo 6 de abril del 2014. Esta acción delictiva produjo una serie de comunicados, manifiestos y acciones para liberar a la comunicadora social, lo que al final se logró el día 14 de abril, luego de 8 días de su desaparición. Pinto fue auxiliada en Cúa, estado Miranda, por personal de Protección Civil del municipio Urdaneta. En una breve rueda de prensa, la periodista agradeció la preocupación demostrada por su caso, aunque advirtió que su «integridad física estaría en riesgo si confesara cualquier detalle relacionado con sus secuestradores». La liberación de Pinto ha provocado también otra ola de inquietudes, preguntas no contestadas, dudas sobre quién o quiénes fueron los autores de este suceso, pero eso es otra historia. photo IPYS_zps5abbb2e2.jpg

Decía que este es el caso más reciente de un ataque a una periodista en Venezuela, pero resulta que entre el 11 de febrero y el 1 de marzo del 2014, de acuerdo al Instituto de Prensa y Sociedad de Venezuela (IPYS), se tienen registrados 65 casos de violaciones a la libertad de expresión en Venezuela.

«Entre las violaciones se contaron detenciones agresivas y arbitrarias por agentes de seguridad del Estado y ataques por parte de protestantes que simpatizan con el gobierno y la oposición», revela el documento del IPYS. Entre las violaciones a la libertad de expresión y al trabajo de los periodistas durante las manifestaciones de protesta, el IPYS menciona los casos del arresto – el 28 de febrero – de la fotoperiodista italiana Francesca Commissari mientras cubría la represión de una protesta, y el arresto – el 5 de marzo – de Jesús Tovar, jefe de fotografía del diario Avance, y un periodista de la Cadena Capriles, quienes fueron detenidos por la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) cuando cubrían una protesta en Miranda, Venezuela.

Amenazas veladas y otras… no tanto

 photo cnn_zps271d4214.jpgMientras de manera directa le revocaron los permisos de trabajo a los periodistas de CNN, el presidente Nicolás Maduro amenazó con sacar a CNN del aire y exigió una rectificación tras acusar a la cadena de diseminar “propaganda de guerra” por pasar imágenes de los hechos violentos que tomaron lugar en las protestas por todo el país. Agregó que CNN no es imparcial, y se niega a presentar las “bandas violentas” que promueven la desestabilización del país y buscan el derrocamiento del gobierno, según los registros llevados a cabo por IPYS.

Por si esto fuera poco, Twitter denunció que «las imágenes publicadas en su red social estaban siendo bloqueadas en Venezuela por la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (CANTV), la cual le pertenece al estado y provee servicios a alrededor de 90 por ciento del país», mientras se han registrado ataques contra la «Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) y Venezolana de Televisión, en la cual resultó herida de un tiro una trabajadora de la planta y el camarógrafo de la oficina de comunicación del estado», es decir que ningún bando está a salvo de ser víctimas de ataques. photo mundo_zps0bc4d23a.jpg

Si el informe de IPYS no es suficiente motivo para prender las alarmas sobre lo que sucede en el mundo del periodismo en Venezuela, el comunicado emitido por «Un Mundo Sin Mordaza», organización promotora y defensora de los Derechos Humanos, puede arrojar más luces sobre la situación de quienes a diario tienen la misión de informar sobre lo que acontece en el país, en este caso Venezuela, pero no seamos ingenuos, esto pasa en todos los países, desde los más radicales hasta los que se llaman democráticos, porque a la larga, al poder no le gusta que le cuenten sus miserias.

«Un Mundo Sin Mordaza» denunció que «la censura y autocensura han sido la sombra de los medios de comunicación venezolanos durante muchos años, sin embargo, desde hace unos meses el avasallamiento a cualquier idea u opinión distinta a la que plantea el Gobierno Nacional actual se ha intensificado. El cerco mediático está cada vez más fortalecido, dejando muy poco espacio para la diversidad de fuentes de información a la ciudadanía. Cada día se estrechan los canales de información y, a su vez, se castigan y eliminan las vías alternas». photo periodismo_zps5e2810b7.jpg

Citan como ejemplo de esto, la renuncia de la periodista Tamoa Calzadilla, jefa del departamento de investigación de la Cadena Capriles, mientras que en Globovisión «también han dejado de trabajar muchos periodistas desde que la Junta Directiva del canal pasó a manos de varios empresarios ligados al Gobierno». Indicaron en el manifiesto que el «Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa contabilizó 17 despidos y 34 renuncias, para un total de 51 trabajadores fuera del canal tras la venta de la empresa. Las razones van desde diferencias ideológicas, hasta la prohibición, por parte de los jefes de prensa, de nombrar ciertas palabras y de cubrir hechos noticiosos como las manifestaciones estudiantiles que empezaron el pasado mes de febrero en Venezuela. La escasez, la corrupción y la inseguridad, son problemas que tampoco suelen tomar protagonismo en estos medios».

Consejos

 photo PeriodismoenlasAmeacutericas_zps401c7604.jpgEn el blog de Periodismo en las Américas citan a Frank Smyth, asesor para la seguridad de periodistas del Comité de Protección de Periodistas (CPJ), quien afirma que «los periodistas que cubren las protestas en Venezuela deberían considerar utilizar chalecos antibalas, esto por «la necesidad de mayor protección para los periodistas trabajando en Venezuela y Ucrania, donde se han comenzado a utilizar armas de fuego en los enfrentamientos entre policías y manifestantes». photo chaleco_zpsb67963aa.jpg

“Los chalecos antibalas de Nivel II están diseñados para proteger contra la mayoría de las pistolas, incluyendo las de 9 milímetros e inclusive una pistola o revolver .357 Magnum”, Smyth dijo. “Esto puede ser suficiente para cubrir las protestas violentas en Venezuela, dónde las pistolas han sido las principales armas de fuego utilizadas hasta el momento”. photo segu_zpseecbc54f.jpg

Este tema de la seguridad de periodistas también ha repercutido en otras latitudes, como Brasil, que no escapa a la violencia contra medios de comunicación y periodistas, y por ello, el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, «pidió a organizaciones periodísticas que reunieran propuestas sobre cómo mejorar las condiciones de seguridad de periodistas después de que el camarógrafo Santiago Andrade muriera pocos días después de que recibiera un golpe en la cabeza con un explosivo mientras cubría las protestas del 6 de febrero en Río de Janeiro», según apareció en un artículo de Diego Cruz publicado en el portal de Periodismo en las Américas.

En este mismo artículo, Cruz recuerda que en la «Guía de Seguridad para Periodistas» la CPJ recomienda el uso de vestimentas de protección apropiadas al nivel de riesgo de cada situación de cobertura. En el caso de agitaciones civiles, la CPJ menciona que existen chalecos ligeros que pueden proteger contra ataques de cuchillos, balas de hule y otros peligros, al igual que gorras de béisbol con capas metálicas por debajo». photo fin_zps9c9e063b.jpg

Los periodistas están amenazados en cualquier lugar donde realicen su trabajo, lamentablemente no es una exclusiva de una nación u otro, de un sistema político u otro, lo cierto es que – como dije anteriormente – al poder no le gusta que lo desenmascaren, ni que le saquen los «trapitos» al sol, pero como dijo Juan Villoro: «el periodismo sirve para buscar lo que no todos quieren conocer: la verdad», o esa es mi Visión Particular.