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Leer, adoptar, conocer: Algo queda

“Un día dejamos en Sabana Grande un libro, en una camioneta de la policía, un libro que hablaba de cómo enfrentar los problemas del país, y que mejor manera de decirle a la gente que entre más libros, menos balas”.
Diego Prada – integrante del movimiento Adopta Un Libro.

Un día, unos jóvenes decidieron hacer algo por la cultura y se les ocurrió que la «adopción» de un libro era una manera de estimular a las personas a leer y compartir.

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“Un día entre amigos, como nos gustaba intercambiar libros, nos preguntamos ¿cómo podíamos hacer para llevar libros a otras personas? y pensamos en darlos en adopción”, comentó Gerson Gómez, uno de los precursores del colectivo @AdoptaUnLibro.

La idea es buscar algún libro que se esté llenando de polvo y tenga contenido interesante. Escoger el lugar donde será abandonado el libro y escribir en la primera página “este libro forma parte del colectivo @AdoptaUnLibro, puedes leerlo y llevártelo pero recuerda darlo en adopción al terminarlo de leer”.

Esta iniciativa que comenzó en Caracas generó sus frutos y hasta en otras partes del planeta se realizaron experiencias similares. Pero si además de querer que las personas lean, el objetivo es que la mayor cantidad de ciudadanos conozca lo que es la justicia – o la falta de ella – cuando decide ir contra una persona. photo image_4_zpsb41754ae.jpeg

No hablo de leer a Franz Kafka y «El Proceso», aunque bien pudiera estar inspirado en esa historia, sino hablo de leer y entender lo que en Venezuela pasa con el «Prisionero Rojo».

Al igual que en la campaña de @AdoptaUnLibro, la capital de Venezuela fue el escenario para que ejemplares de «El prisionero rojo» – libro del comisario venezolano Iván Simonovis – fuera encontrados desde el boulevard de Catia hasta en la plaza Bolívar de El Hatillo.

El libro incluyó una carta firmada por Ivan Simonovis que entre otras cosas dice «Acá está la historia de gran parte de mi vida, mis reflexiones en prisión y un pedazo de mi corazón. Es una historia que NO debe repetirse. La ley no debe ser manipulada para inclinar la balanza hacia la injusticia. Espero que de esta lectura surja una reflexión sobre la justicia venezolana y un compromiso verdadero de principios y valores sin fines partidistas o pactos políticos, hay que darle credibilidad a las instituciones para que la sociedad perciba que verdaderamente se acaba la impunidad. Una vez termines de leerlo, dáselo a un amigo para que conozca mi realidad. Gracias por encontrar este libro y espero contar con tu apoyo.» photo image_2_zps8f9ab881.jpeg

No es el lanzamiento del libro, ya que su salida oficial fue en noviembre del 2013, pero es una manera de llegar a más lectores para que conozcan «de puño y letra de Simonovis su historia de vida, cómo fue detenido, enjuiciado y  sin pruebas condenado por el gobierno venezolano, a 30 años de prisión».

En un país que está en crisis, entre otras muchas razones, por la falta de divisas para que los diarios adquieran papel e informen menos de lo que sucede en esta nación, es una buena idea seguir dejando en plazas y parques, de toda  Venezuela, libros que ofrezcan otra cara, otro panorama, otra histo photo image_zpsda1913a9.jpegria, de lo que sucede en la actualidad, porque poco a poco parece que la memoria «a corto plazo» del venezolano se va volviendo cada vez más corta y nunca está de más recordar que no todo es como el Gobierno de turno quiere hacernos creer.

Ante situaciones adversas, los ciudadanos deben buscar soluciones creativas, que lleguen a más personas y que generen seres con la mente abierta, porque no hay nada más peligroso para un Gobierno totalitario que una población que lee, que quieres información y que sabe dónde buscarla o quien se la puede ofrecer, o esa es mi Visión Particular.