«Un niño de trece años, llamado Marco, vive en Génova, al norte de Italia; allí reside con su familia, su hermano de dieciocho años, su padre y su madre. Ella se ve obligada a marchar a Argentina para encontrar trabajo sirviendo en una casa. Durante un tiempo recibe por escrito, noticias de la madre, pero al cabo de un año, las cartas cesan, tras una en que se daba cuenta de problemas de salud, con lo que se crea una situación de preocupación e incertidumbre. A los dos años de la partida de la madre, Marco decide emprender un largo viaje de veintisiete días que entonces debían sufrir los emigrantes a bordo de grandes buques mercantes. Deberá recorrer parte de Latinoamérica y llegar hasta Argentina, porque tiene una misión: encontrar a su madre».
Este relato pertenece a un cuento breve de ficción incluido por Edmundo de Amicis en su novela “Corazón”, publicada en 1886 y que lleva por título «Marco, de los Apeninos a los Andes», donde se pone de manifiesto el drama de la emigración italiana al final del siglo XIX, que debían dejar Europa, yendo al continente americano. Ofrece una cruda visión de la emigración italiana que tuvo lugar durante el siglo XIX, teniendo que dejar el desarrollado norte italiano, por un país del continente americano.
En ese irse de Italia, por las condiciones económicas y política de la época, es que a partir de la década del 30 del siglo XX llegan a Venezuela inmigrantes provenientes de todas las regiones de Italia. Venían en grandes barcos de la época y traían poco o nada en ese momento, pero con ideas definidas: regresar a su país luego de un tiempo y reanudar allí sus vidas interrumpidas por la guerra y la pobreza.
Pero como la vida termina siendo una ruleta que nunca se sabe dónde caerá y cuál será el destino que nos tiene reservado, la mayoría de las veces, esos italianos no se fueron e hicieron de Venezuela su nueva patria. Muchos de estos recién llagados al país eran trabajadores que habían hecho de la construcción su modo de vivir, y así continuaron en esta «Tierra de Gracia» que los acogió.
Reconstruyendo sus vidas trajeron también un estilo de hacer cosas que se asemejaba con su Italia natal y así fue como esa Caracas – que comenzaba a crecer luego de la muerte de Juan Vicente Gómez – encontró quienes la hicieran vestirse con mejores ropas.
Colinas de árboles y vegetación comenzaron a dar paso a diseños arquitectónicos y urbanos que evocaban los recuerdos de esos italianos. Al comenzar la década de los 50 – con otra dictadura – sirvió para que ingenieros, constructores, artistas y artesanos italianos encontraran en este Valle nuevas zonas donde construir y hacer que nos pareciéramos no ya a la «pequeña Venecia» con que comparó Colón al lago de Maracaibo, sino fuéramos una imagen semejante a lo que Roma, Florencia, y otras ciudades de Italia representaban para esos que debieron abandonar sus lugares de oriben para hacer de Caracas su tierra prometida.
La modernización de Caracas no sería posible sin el aporte de los italianos, quienes cambiaron la visión rural que se tenía por un mundo más cosmopolita, que ahora en nombre de los nuevos tiempos, ha comenzado a cobrarle espacio a esas grandes construcciones para llevarse por delante parte de la memoria de esos arquitectos.
Pero como dicen los personajes de la televisión antes de que aparezca el héroe popular «El Chapulín Colorado» es que ¿habrá alguien que pueda defender a Caracas de este caos y destrucción de la memoria citadina?.
La respuesta parece ser afirmativa, ya que DoCoMoMo Venezuela, grupo de trabajo oficial de Venezuela para la documentación y conservación internacional de edificios, sitios y barrios del Movimiento Moderno, organizó un equipo que logró montar una exposición que con el nombre de «Las Italias de Caracas», que aprovechando el Día del Arquitecto y junto a la celebración de los 150 años de la República Italiana se inauguró en la Sala TAC del Trasnocho Cultural.
A la entrada de la muestra, los visitantes son recibidos por un mosaico integrado por 300 fotos, imágenes anónimas que revelan detalles de arte italiano. Esculturas, edificios, pasando por pisos de mármol y murales. Algunos lugares retratados son reconocibles, otras no tanto,pero todas tienen un elemento común: son obras de italianos.
Hannia Gómez, curadora de la muestra, explicó al público asistente a la inauguración, entre quienes se encontraban arquitectos celebrando su día, artistas plásticos, periodistas, camarógrafos, y público en general, que la idea de la exhibición es mostrar al caraqueño que hay muchas obras de arte que muestran la cotidiana ciudad en la que habitamos, y que por ese tratar de ocultar quienes somos terminamos destruyendo, u ocultando bajo capas de pintura y manpostería de mal gusto.
Si uno sigue el recorrido dentro de la galería, se encontrará con paneles que reseñan la obra de 25 autores italianos, entre los que están: Juan Pedro Posani, Angelo di Sapio, Ricardo Morandi, Gio Ponti, Athos Albertoni y Domenico Filippone.
«Abrimos con Gasparini que ha hecho arquitectura y obras de arte. También tenemos ingenieros, escultores y muralistas. Tenemos la obra de Daini y Domenico Filippone responsables de la Casa Italia», explicó la Curadora. Llama la atención dentro de esos paneles, la imagen colocada de un joven Graziano Gasparini, quien nació en Venecia en 1924 y llegó a Venezuela en 1984, que pese a sus 84 años sigue siendo un artista, fotógrafo, arquitecto que gran vitalidad aunque los años no pasen en balde.
De Gasparini hay un registro de las obras realizadas para el edificio IASA en la Plaza La Castellana; la construcción de la Iglesia La Asunción, ubicada en el 23 de Enero, realizada por Juan Pedro Posani; el edificio Atlantic en Los Palos Grandes hecho por Angelo di Sapio; y el puente Nueva República levantado por Ricardo Morandi.
A mitad del recorrido, resalta el panel que devela las esculturas de Talía, Aglaya y Eufrósine, ubicada en la plaza Las Tres Gracias, restaurada en 1999 por el italiano Pietro Ceccaelli.
Pero no solo edificaciones están en esta muestra, ya que también hay piezas que provienen de préstamos de algunas familias y son de diseño italiano. «Hay lámparas de Casa de los Borges, de la alcaldía Metropolitana. Tenemos cuadros de la quinta La Barraca».
Conociendo más a Caracas desde la visión Italiana
Aprovechando la celebración de los 445 años de la fundación de Caracas, en «Las Italias de Caracas» se realizarán tres charlas, durante los jueves de julio, a las 6:00 pm. La primera conferencia será «Italia y Venezuela unidas por el arte». Le seguirá «Mi Italia en La Carlota». Para concluir con «Traslaciones entre las villas italianas y las villas de Caracas».
«Esta exhibición es una llamado de atención. Nosotros tenemos en la ciudad muchas cosas que no han sido puestas en valor y hacen falta que las reconozcan. Que los ciudadanos sepan de qué se trata y así puedan defenderlas de la destrucción. Esto también es una celebración de lo que la ciudad tiene», asegura Gómez acerca de la muestra ubicada en el Centro Comercial Paseo Las Mercedes.
Además se muestran las fotografías de la Villa Planchart de Gio Ponti; la casa Los Borges construida por Athos Albertoni; la Casa Italia diseñada por Domenico Filippone, así como el edificio de la Lotería de la Beneficencia Pública del mismo arquitecto, espacio donde está ahora el Teatro San Martín, desde hace casi 20 años.
Y como la idea es la preservación de estas obras, un grupo de 15 personas pertenecientes al DoCoMoMo (Documentos para la Conservación del Movimiento Moderno) capítulo Venezuela hizo un registro documentado en fotografías a color, porque como expresó Gómez «la Fundación de la Memoria Urbana está abocada a proteger el patrimonio moderno de la nación y la arquitectura moderna del siglo XX».
Proyectos inconclusos y monumentos a próceres
El proyecto Centro Petrolero de Los Palos Grandes, del arquitecto Angelo Di Sapio, era el edificio Atlantic, que albergaría a las petroleras Atlantic, la Mene Grande y la Texas.
Este Centro alternaba «las torres y los edificios horizontales, con paseos y fuentes. La calle lateras situada al este fue una consecuencia de la disolución del proyecto, pues se abrió para permitir el acceso al solitario Atlantic, que deriva su nombre de la Venezuela Atlantic Refining Company, VARCO, una empresa activa en el país entre 1925 y 1935», según se lee en el panel explicativo sobre este edifico que aún se conserva en Los Palos Grandes.
Entre las obras públicas cabe destacar el puente Nueva República, entre Miraflores y Pagüita, creado por el genio de Ricardo Morandi. También se exhiben las estatuas que Arturo Dazzi y Atilio Selva hicieron para el Monumento a Los Próceres, de la mano del arquitecto de Pérez Jiménez, Luis Malaussena.
Tecnología 2.0 al servicio del conocimiento
El collage de imágenes que recibe a los visitantes tiene un propósito, más allá de ser parte de la muestra de obras italianas que embellecen a Caracas. La intención es que se pueda lograr identificar a los autores, y para ello, Gómez anunció el lanzamiento de la página web www.lasitaliasdecaracas.org donde los internautas podrán ayudar a mejorar la memoria citadina, reconociendo a los autores de las obras que se muestran en la pantalla, o dando indicios sobre su historia.
Al entrar al sitio digital y dar en la sección galería aparece el texto «Las obras presentadas en este mosaico son el anónimo legado de un gran pueblo de constructores y artistas, que llegaron a Caracas e hicieron en ella otra ciudad. No sabemos quiénes la hicieron pero esperamos llegar a saberlo. Contribuye a recuperar la memoria de estos especialistas anónimos italianos» y luego se ofrece toda la variedad de imágenes esperando que se puedan reconocer sus autores.
Podría seguir contando historias sobre la “Villa Monzeglio”, o sobre el “pavimento en parque Cristal” o el “Mural de la Biblioteca Marce Roche”. También está la historia de “El Vaticano en Caracas “, o “El Mural de Bertoia en La Floresta”, en el edificio donde estaba la embajada de Estados Unidos, hoy ministerio de Turismo. Incluso hay un relato sobre el viaje itinerante que ha tenido la obra “Monumento al Inmigrante” de Mario Ceroli, pero todo eso es mejor que lo vea por sus propios ojos, porque hay experiencias que contadas pierden su valor y deben experimentarse en persona.
Esta exposición estará en la sala TAC, nivel trasnocho del Paseo Las Mercedes hasta el 29 de julio del 2012. Es una oportunidad para ver a Caracas desde otros ojos, recordar lugares que aún están, extrañar otros que ya no pertenecen al paisaje urbano y conocer edificaciones, quintas, villas y material de arte murano que forman parte de la historia contemporánea de una ciudad que cumple un nuevo aniversario, y que más que para celebración, está para una profunda intervención de sus recuerdos y para que se le dé el trato que merece, o esa es mi Visión Particular.
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