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¿Conmemorar? el 8 de Marzo es para reflexionar y denunciar

Aunque muchos piensan que el 8 de marzo es una fecha para celebrar y conmemorar el papel de la Mujer en la sociedad actual, para destacar sus virtudes y sus logros, déjenme decirles que la verdad no es tan bella como la pintan, que el cuento de cenicienta con final feliz no es la norma en nuestro continente y sí una realidad que espantaría  a cualquier niño que leyera historias como las que a continuación relataré, y que, lamentablemente, son ciertas.Photobucket

El 21 de mayo de 2004, sobre las 4 de la tarde, Alexandra Hidalgo fue secuestrada a punta de pistola mientras salía con su vehículo de las oficinas del Banco Central de Venezuela, situadas en Caracas. La sacaron a rastras del vehículo y la metieron a empujones en la parte trasera de una furgoneta. Entonces, le vendaron los ojos y la llevaron hasta un lugar aislado donde, durante aproximadamente siete horas y media, un grupo de hombres la violó en repetidas ocasiones y la torturó. Ella  distinguió entre sus agresores a su ex esposo, de quien hacía unos meses se había divorciado.

Así comienza el relato de una mujer que vivió una pesadilla con su ex esposo, de quien se había divorciado meses antes de su agresión.Photobucket

“Nunca me imagine lo que me pasó […] mi secuestro, en la violación de seis, siete personas, yo ni siquiera sé cuantos me violaron porque eso fue violación tras violación y llegó un momento en que yo ya no podía más con mi alma ni con mi cuerpo […].”

En julio de 2004 se acusó a Iván Sosa Rivero de secuestro, violación y complicidad en un robo de vehículo con agravantes y se le detuvo en diciembre de 2004. Estuvo detenido durante más de cuatro meses en el Centro Nacional de Procesados Militares de Ramo Verde, una prisión militar situada en el estado de Miranda, pero nunca compareció ante un tribunal. Su representación letrada pospuso 14 vistas judiciales. En abril de 2005, quedó en libertad condicional, e inmediatamente se escondió. Tras una nueva decisión judicial, en junio de 2005 se emitió otra orden de detención en su contra, pero no ha vuelto a ser detenido.

Dos de los otros cinco agresores fueron declarados culpables de secuestro y violación y condePhotobucketnados a ocho años de prisión, lo que se debió en parte a las pruebas que obtuvo Hidalgo  del teléfono móvil de su ex esposo. Otros dos de los presuntos agresores fueron declarados no culpables y el quinto se encuentra escondido.

Iván Sosa Rivero no fue expulsado del ejército hasta agosto de 2008, pese a los cargos que se le imputaban en relación con la agresión cometida contra Alexandra Hidalgo y a haberse ocultado durante más de tres años. La razón que se alegó para expulsarlo fue que no había respondido a los cargos presentados en su contra por el ejército que todavía tenía pendientes.

Ella teme por su vida y pPhotobucketor la vida de sus tres hijos. Aunque su ex esposo se encuentra escondido, cree que está todavía en el país. Su madre ha recibido amenazas telefónicas en las que se le dice que matarán a su hija. Según Alexandra Hidalgo, la última vez que Iván Sosa Rivero se acercó a ella y a su familia fue el 7 de abril de 2008, día del cumpleaños de su hijo, cuando fue visto en un automóvil blanco sin matrícula aparcado delante del edificio donde viven. «Tengo temor que se lleve a mi hijo ya que en llamadas anónimas me dicen que se lo van a llevar«.Photobucket

Este caso, contado casi sin omitir detalles,  es tan emblemático, por la gravedad de las lesiones físicas y psicológicas  que Amnistía Internacional lo tiene posicionado en su portada, como un recordatorio de lo que las mujeres sufren hoy en día en pleno siglo XXI.

Lamentablemente no es el único caso que debe ser un llamado de atención, ya que, a pesar de ser América Latina una región donde las mujeres son las cabezas de hogar en la mayoría de los casos, el machismo aún impera desde el Río Grande hasta La Patagonia.Photobucket

Gina Potes, de 35 años, tiene el rostro quemado por un ataque con ácido, una forma de violencia contra las mujeres que cada vez suma más víctimas en Colombia.

Le han practicado 24 cirugías en los últimos 15 años. “Cuando veo esas mujeres con cuerpos perfectos buscando tener más busto o reducir la cintura, no entiendo”, dice entre resignada e indignada que lo que quiere es reconstruir su mentón.

Esta información aparecida en Noticias 24 señala que aunque Gina Potes  ya ha logrado recuperar casi totalmente el rostro, aún son evidentes las marcas de ese ataque, que también le alcanzó el pecho.

Asegura desconocer aún quién o por qué la atacó. “Cuando una es atacada con ácido no recibe la solidaridad de las autoridades”, se queja Potes, al recordar en estos casos la pena máxima es de cuatro años de cárcel,Photobucket si se logra identificar al agresor. Aquí entraría una violación a los Derechos Humanos de las Mujeres, al no recibir atención judicial al denunciar su caso

Prácticamente todos los casos responden a violencia intrafamiliar. “Jurídicamente se tratan como lesiones personales y quedan en la impunidad por la dificultad para comprobar su autoría“, explicó a la AFP la congresista Gloria Stela Díaz.Photobucket

Además, la concejal de Bogotá Olga Rubio presentó una iniciativa para limitar la venta de ácidos, dada la facilidad para adquirirlos y su bajo costo (2 dólares el frasco en Colombia). “Vamos a restringir la venta de ácido fosfórico, nítrico y sulfúrico”, que son los más empleados para estos ataques, aunque también han ocurrido con gasolina”, señaló Rubio a la AFP.Photobucket

Otro caso es el de Nubia Espita, de 33, quien hace cinco años llegó de Venezuela a Colombia, con su esposo y dos pequeñas hijas a pasar Navidad. Una noche, cuando llegaba a casa con la mayor, una pareja le atacó arrojándole ácido a la cara, que además alcanzó a quemar el brazo y la mano de su hija, narró a la AFP.

Atribuye el ataque a “la envidia” de una vecina, algo que no pudo probar. Tampoco logró identificar a la pareja que la atacó, por lo que su caso quedóPhotobucket impune, mientras su rostro, pese a 15 cirugías, continúa desfigurado.

El caso de Viviana Hernández, de 28 años, también quedó impune. Ella asegura que fue su esposo y padre de sus tres hijos quien le quemó el rostro para “que no fuera de nadie más”, porque ella quería separarse. “Las  autoridades me exigían que probara que él había sido, entonces me tocó huir a otra ciudad para que no me volviera a atacar”, refirió a la AFP.

Otro caso lo publicó Sandra de los Santos Chandomí, corresponsal de cimaPhotobucketcnoticias en Chiapas,  y se trata de la historia de la mexicana Yara Fernández Moreno, quien a un año de presentar una denuncia penal contra José Eduardo Morales Pérez, funcionario del Instituto de Historia Natural (IHNA) por acoso sexual, su caso continúa sin resolverse.

La historia relatada señala que el 18 de junio del 2003, la bióloga Yara Fernández presentó una denuncia en contra de su jefe inmediato, José Eduardo Morales, siendo así la primera mujer en el estado que interponía una queja por acoso sexual. Su caso continúa en los tribunales y es que el juez, Miguel Ángel Villalba Sánchez negó la orden de aprehensión en contra de Morales, argumentando que no existían pruebas para confirmar el delito.

Yara Fernández entregó a la Mesa de Delitos Especiales y Relevantes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas cintas de magnetofónicas, donde el jefe del área de investigación del INAH la amenazaba de muerte si se atrevía a denunciar, pero éstas cintas “misteriosamente” desaparecieron.

Cuando el acoso entra por la oficinaPhotobucket

Todos estos casos tienen que ver con la violencia familiar o personas allegadas que por envidia, celos, o por obsesión recurren a estas prácticas; sin embargo hay otro peligro latente y es el del acoso sexual en los ambientes de trabajo.

Antes de iniciar este escrito llegó a mi correo electrónico un  artículo sobre los acosos sexuales en los sitios de trabajo y qué recomendaciones deben seguir las mujeres para evitar ser víctimas de estos atropellosPhotobucket

Wikipedia define el acoso sexual como agresiones que van desde molestias a abusos serios que pueden llegar a involucrar actividad sexual. Ocurre típicamente en el lugar de trabajo u otros ambientes donde poner objeciones o rechazar puede tener consecuencias negativas. En la ley de empleo de Estados Unidos, está definido como cualquier interés o comportamiento sexual inoportuno en el trabajo, teniendo el efecto de hacer el lugar de trabajo intimidatorio u hostil.Photobucket

El acoso sexual está considerado como una forma de discriminación ilegal y es una forma de abuso sexual y psicológico, en un rango entre leves transgresiones a serios abusos. De hecho, algunos psicólogos y trabajadores sociales opinan que el acoso sexual severo o crónico puede tener los mismos efectos psicológicos en las víctimas que la violación o la agresión sexual. La reacción violenta y las represalias por denunciar el acoso sexual pueden agravar más los efectos. Por ejemplo, en 1995, Judith Coflin se suicidó después de un acoso sexual continuado por parte de sus jefes y colaboradores (su familia fue indemnizada más tarde con 6 millones de dólares por daños).

Sin embargo, y aquí entramos en las consideraciones legales, la definición de acoso sexual puede, según Wikipedia,  abarcar un amplio abanico, dependiendo de la opinión de cada individuo respecto a lo que entiende que pueda ser al acoso, llevando a confusiones. El término es acuñado en la Universidad Cornell, en 1974. El acoso considerado como típico es el tacto indeseado entre compañeros de trabajos, pero además engloba los comentarios lascivos, discusiones sobre superioridad de sexo, las bromas sexuales, los favores sexuales para conseguir otro estatus laboral, etc., algunas empresas provocan a sus empleados (tras conocer que un compañero de trabajo se quejó de acoso sexual) con la intención de que cambien de puesto de trabajo o lo abandonen, tras conocer la capacidad de ese trabajador, por envidia hacia él o porque esa plaza está prevista para otro, aunque en ocasiones lo hacen para estudiar sus reacciones. El acoso fuera del lugar de trabajo también está considerado otra forma de acoso sexual.Photobucket

Por otra parte, el tema de la discriminación y el acoso en el trabajo está cobrando importancia en las instancias parlamentarias y en el XI Congreso Centroamericano y del Caribe sobre Derecho del Trabajo y Seguridad Social que se efectuó en la ciudad de Panamá bajo la organización de la Academia Panameña de Derecho del Trabajo (Apadetra), la intervención del venezolano Humberto Villasmil, representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y versó sobre las legislaciones internacionales existentes sobre la materia, así como algunos casos de legislación particulares de países como Venezuela y Colombia.

Indicó que fue Suecia el primer país en incluir en una norma local consideraciones sobre el acoso laboral, en su Ley de Prevención del Trabajo. En el caso de América destacó los casos de Colombia donde existe la Ley 1010 donde se define y tipifica el acoso laboral entre superiores y jerárquicos, así como entre iguales o lo que se denomina el acoso horizontal. La norma colombiana es considerada como la más completa que existe en la región, porque especifica roles, casos, etcétera.

El otro caso señalado por Villasmil fue el de Venezuela, donde la Ley Orgánica de Condición y Medio Ambiente del Trabajo incluye un artículo sobre la materia.Photobucket

Por su parte, Oscar Hernández Álvarez (Venezuela) comparó las normas existentes en el continente americano sobre el acoso sexual. Indicó en su intervención que el tema ha sido abordado en muchos países en leyes y códigos. Dijo que en Costa Rica y Puerto Rico, por ejemplo, cuentan con leyes especiales sobre el acoso sexual en el trabajo. Mientras que Venezuela y Panamá cuentan con leyes contra la violencia contra la mujer, que poseen normas y sanciones ante conductas que pueden considerarse como acoso sexual. Todo esto según apareció publicado en la página web de la Asamblea Nacional de Venezuela.

 ¿Cómo manejar a un seductor de oficina?

PhotobucketAquellos que trabajan en oficinas pasan más de la mitad de su vida allí, y tienen que interactuar  con una gran cantidad de personas con diferentes cualidades y defectos. Hasta allí es la historia normal y típica de cualquiera que está en una organización, empresa o local.

El problema se presenta cuando aquellas personas que podrían ser compañeros de trabajo, jefes, etc, con quienes se puede mantener cierto grado de amistad, superan esos lazos normales y se transforman en seductores llegando incluso al acoso.

Aunque siempre ha existido este tipo de personas, los casos de ataques y acosos han aumentado, en la misma medida que se ha incrementado la presencia de mujeres  en los puestos de trabajo. Quizás más de una que lea este trabajo haya pasado por su propio momento de toparse con este tipo de seres.Photobucket

La pregunta es: ¿Hay maneras de evitar estas molestias por parte de compañeros, clientes jefes que se sienten con derecho a importunar a las mujeres? ¿Cómo hacerlo?

El artículo que mencioné anteriormente y que llegó a mi correo electrónico ofrece las siguientes sugerencias, que trasncribo tal como me la enviaron:

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Sea amable, pero no ofrezca confianza. Es importante ser muy cortés con todos, pero esto no significa contar su vida personal en el centro de trabajo a sus compañeros ni tampoco debe escuchar confesiones de los demás, ya que esta actitud podría atraer a los seductores de oficina.Photobucket

No acepte invitaciones (ni mucho menos regalos) de los hombres que trabajan con usted.  Si lo acepta, está creando una corriente de intimidad, que puede derivar en una situación comprometedora o en malos entendidos.  Aunque parece muy rígida esta sugerencia, puede que en un futuro le ayude a evitar problemas en su oficina.

Tenga encima de su escritorio una fotografía de su esposo o novio (si no lo tiene ponga la de cualquier amigo). Este pequeño detalle actúa como una barrera o freno para aquéllos que siempre andan en busca de «conquistas».Photobucket

No provoque a sus compañeros vistiéndose de una forma llamativa. Si usted lleva a su oficina una minifalda muy corta, una blusa transparente o un escote muy grande, seguramente que ellos van a mirar y es posible hasta que traten de tocar. En este punto salvo mi voto, porque creo que cada quien debe vestirse como desea, y no por eso ser motivo para provocaciones o insinuaciones de mal gusto, pero, repito, transcribo las sugerencias tal como me llegaron.

Asuste a los seductores de oficina con hablar con el jefe. Si a pesar de todas sus precauciones, él persiste en sus avances, amenácelo con contárselo al jefe y a los demás compañeros de la oficina.

Réstele importancia.  Si este caza romance la está coqueteando y le envía señales con los ojos ¡no reciba los mensajes! y si trata de establecer contacto físico (tocándole una mano, etc.) réstele importancia como si creyese que fue un accidente.Photobucket

Un caso delicado.  Si es el jefe quien la asedia, la situación es más complicada que la de un compañero de trabajo seductor, ya que él tiene el poder de despedirla.  Sin embargo, esto no significa que usted debe aceptarlo.  Al contrario, es importante, desde la primera muestra de coqueteo, dejarle en claro su situación y recordarle que usted fue contratada para realizar una labor profesional y que si sigue molestándola, puede perder a una buena empleada.

Si él no hace el menor caso y sigue con sus avances, es mejor procurar, lo más pronto posible, la obtención de un puesto de trabajo en otra empresa, ya que él no está valorando su labor profesional y puede que, al no ver su aceptación, prescinda de sus servicios.  Sin embargo, no crea que si acepta, le irá bien, ya que este tipo de jefe  una vez que ha logrado sus propósitos generalmente despide a la colaboradora y busca otra nueva. Photobucket

A pesar de estas recomendaciones, lo mejor para evitar estas situaciones es usar el sentido común, y detectar las alertas cuando algún hombre intente acosar a una mujer. Si se trata de la pareja hay que denunciarlo sin contemplaciones, no caer en el juego de que es el padre de los hijos o que prefiere evitar el escándalo, peor será en caso de que la asesine, la viole, la secuestre, o la desfigure como los primeros casos citados. El temor a la represalia, a la amenaza, es el arma de quien abusa y sabe que saldrá libre, porque las mujeres no se atreven a poner las denuncias, por eso el primer paso es  tomar conciencia del valor que tiene cada fémina como ser humano y aceptar que debe tomar las riendas de su vida y no dejar que otros las agredan.  

Lugares donde acudir a poner denuncias:

Amnistía Internacional Venezuela: Torre Phelps, piso 17, oficina A (entre el Seniat y la Torre Polar en plena Plaza Venezuela).  

Instituto Metropolitano de la Mujer, Boulevard Panteón Nacional, esquena de Jesuitas, Torre Bandagro, pisos 1 y 2, Parroquia Altagracia, teléfonos (0212) 860.82 10 AL 19    

0800MUJERES 0800 6853737 Todos los días de  7:00 am a 7:00 pm

Algunos otros lugares donde se pueden poner denuncias son las Comisarías policiales, las sedes fiscales del Instituto Nacional de la Mujer, la Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo y las Casas de la Mujer en todo el país, Ministerio Público (Fiscalía), los Juzgados de Paz, Prefecturas o Jefaturas Civiles, la División de Protección en Materia de Niños, Niñas y Adolescentes del Cuerpo de Investigación con competencia en la materia (CICPC), los Cuerpos de Policía Nacional, Estadales y Municipales y los Tribunales de Municipio en localidades donde no existan los organismos anteriormente mencionados.Photobucket

La denuncia se puede formular en forma oral o escrita y con o sin la asistencia de un abogado (a). Se recomienda que la víctima o la persona que conozca de los hechos formulen la denuncia en el órgano receptor más cercano del lugar donde ocurrieron los hechos con la finalidad de agilizar lo correspondiente al proceso legal y la investigación.

Como expone Edgar Tovar en la segunda parte de su monografía Violencia contra la mujer (Venezuela)”,  “Es muy importante saber que al momento de hacer la denuncia no es requisito indispensable presentar las pruebas para demostrar el delito, sólo se requiere el reporte de los hechos con la finalidad de que el órgano receptor abra el expediente e inicie el proceso de investigación.